miércoles, 2 de octubre de 2013

Otras vacaciones de Semana Santa son posibles

Hoy es jueves de pascua día cinco de abril de 2007. A las tres y media de la tarde salgo de Vitoria–Gasteiz raudo y con dirección al puerto de montaña de Rivas de Tereso (Álava). Mientras pedaleo me pregunto por qué les habré dicho a las vecinas que he encontrado en la escalera de casa que quería ir en bici a Guadalajara. ¡Menuda pretensión la mía, disponiendo tan sólo de tres días! Tras proceder, un poco antes de Peñacerrada, a colocar mejor la rueda trasera (me va rozando la cubierta) y una vez superado el puerto y divisar la bella panorámica desde el Balcón de La Rioja, atravieso Briones, Hormilla y llego a Nájera (La Rioja) donde, después de preguntar a más de un
transeúnte, consigo dar con la salida de la ciudad en dirección a Bobadilla, no sin antes quedar inmerso en una “marabunta” de gente que salía de un gran centro comercial, de una feria de muestras o vaya usted a saber de dónde. Con el ocaso del sol pisándome los talones intento llegar a un área recreativa y de acampada libre mantenida por el Gobierno de La Rioja pero, finalmente, sin luz casi y con pocas fuerzas, decido acampar junto al río Najerilla, antes
del punto de destino, en una zona de descanso de domingueros que hay una vez pasado el pueblo de Anguiano, si bien yo no llevo barbacoa. Con hambre, “hago por vivir” y doy buena cuenta de forma un tanto acelerada de algunos de los víveres que llevo en las alforjas: queso, salchichón, pan, galletas, chocolate, leche; la rápida ingestión me provoca cierto malestar nocturno.
De sobras conozco la teoría de la bonanza de una masticación pausada mas “el humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. 
Sin haber descansado bien del todo y en estado levemente febril, por la mañana saco fuerzas de flaqueza para desmontar la tienda y reemprender la marcha. Sin apetito y casi sin energía en los músculos sólo Dios consigue empujarme por detrás, y los primeros rayos de su sol me animan a seguir dando pedaladas aunque con ritmo cadencioso. A media mañana paro para tomar un refresco (1€) que es lo único que me admite el estómago y en un área de descanso y con un mapa frente a mí decido qué ruta seguir. Finalmente, tras realizar un análisis realista del tiempo disponible y de mis energías, opto por no ir a Vinuesa (Soria) como tenía pensado en un principio y me dirijo hacia Covarrubias (Burgos) bordeando el embalse de Mansilla. Por esta ruta, Villavelayo, Canales, Barbadillo de Herreros, Barbadillo del Pez, Vizcaínos, etc. van quedando atrás. El tiempo ha mejorado y mi cuerpo se va recuperando. 
Mientras mis pensamientos siguen llenos de agradecimiento a Dios por su poder de restauración, omnipotencia y misericordia me sorprende en lontananza una romería católica típica de Semana Santa con capuchinos y
gentío en la cola que iba ascendiendo hasta una ermita por la ladera opuesta del valle que cruzo, y me pregunto: 
¿También estas personas están pensando en Dios como yo? Barruntando estas cuestiones decido detener mis pasos en el pueblo de Barbadillo del Mercado, una vez atravesado el de Pinilla de los Moros, para probar el estado de mi estómago con un pequeño bocadillo de mejillones y un refresco Aquarius (1 €). Me ha sentado bien pero no tengo ganas de hacer los trece kilómetros que me separan del camping de Covarrubias así es que decido acampar en la zona de acampada libre de Hortigüela, al lado del río Arlanza, desde donde se divisan muchos buitres y otras aves. Son las cinco de la tarde y me meto en la tienda y dentro de ella en el saco a descansar. ¡Falta me hace! Sigo sintiendo algún que otro escalofrío y deseo que mis tendones de la rodilla izquierda se recuperen para el día siguiente. 
Tras dormir y descansar toda la tarde, sobre las once y media de la noche me despiertan las ganas de evacuar líquidos y salgo de la tienda ¡a Dios gracias! porque de lo contrario me habría perdido un magnífico espectáculo nocturno en el firmamento: una cúpula hiperestrellada está sobre mi cabeza y la majestuosidad de la estampa me recuerda a Dios y su poder creador.
Al día siguiente me levanto temprano. He descansado bien. Sin hacer ruido desmonto la tienda y creo que la pandilla de jóvenes que me rodeaba a “tiro de piedra”, después de la “moña” que sus miembros agarraron ayer por la noche, ni siquiera se habrá enterado de mi partida. Estoy en paz y con energías renovadas. Emprendo la “ciclomarcha” y gozo del camino. 
Atrás dejo el monasterio de Arlanza y pedaleo paralelo al río del mismo nombre. Llego a Covarrubias y en una de sus plazas al lado de una churrería ambulante que se ha colocado junto a la fuente telefoneo a mi familia y le digo a mi hija Oihana que he visto tres corzos cruzar la carretera a diez metros delante de mí. El camping de Covarrubias, donde otrora acampara en compañía de mi esposa, es ahora de primera categoría y está repleto de caravanas y bungalows; me pregunto si tienen huecos para campistas clásicos. En mi interior todo está bien y me dirijo hacia el oeste: Puentedura, Quintanilla del Agua, Santillán. Llego a Lerma y aquí compro pan y dos refrescos (1,49 €) y me topo con el área de descanso en el que paraba, cuando yo era estudiante, y aún para, creo, el autobús de la compañía Continental–Auto que va a Madrid desde Vitoria–Gasteiz. Dejo la ciudad y continúo pedaleando y paso por pueblos “perdidos” de la provincia de Burgos: Santa Cecilia, Zael, Villaverde del Monte. Entre Zael y Villamayor de los Montes hay una ermita modernamente arreglada mas con cierto “desentono”, a mi juicio, si bien su pórtico es un buen lugar para resguardarme del viento y permitirme un “repostaje” tranquilo a base de olivas, queso y refrescos; aquí recojo un par de ramas de romero que guardo con mimo en la esterilla con el fin de llevarlas a casa para decorar alguna pared. Mientras salgo de Zael unos paisanos me arropan con sus gritos de ánimo al verme subir la cuesta que asciendo y por la que me despido de este pequeño pueblo burgalés. A las cinco de la tarde del sábado de pascua día siete de abril, después de dejar atrás los pueblos de Arcos y Villagonzalo, llego a Burgos capital donde busco el camping Fuentes Blancas. Un magnífico paseo por un carril de bicicletas me conduce a él a lo largo del río Arlanzón tras atravesar longitudinalmente la ciudad;



y mientras circulo aprovecho para fotografiar unos patos y observar a decenas de aficionados a la pesca que intentan pasar así la tarde de asueto.





En la recepción del camping la chica me pregunta si soy peregrino. Le contesto que ya hice el camino de Santiago hace años. Me explica que el motivo de la pregunta es que en deferencia a los peregrinos el camping no cobra por la bici. Le digo que aunque carezco de credencial de peregrino yo también soy, como todos, “peregrino” del camino de la vida. Ella se ríe, pero decide cobrarme por la bici. Luego me explica amablemente lo necesario para instalarme y minutos después, con la tienda ya montada, me ducho, por fin, tras tres días en plena naturaleza, y para “premiarme” decido ir a darme un “banquete” a un restaurante chino, el Hong Kong, (12,10 € por la cena más 0,50 € de propina). Antes compro unos regalitos (3,20 €) para mi hija Oihana y mi hijo Danel y 
fotografío

algunos momentos de mi paseo por la ciudad con su catedral de fondo



y ¡cómo no! el monumento a Rodrigo Díaz de Vivar más conocido como El Cid Campeador.




Luego a dormir en el camping (10,02 €). Hoy es domingo de pascua día ocho de abril: ¡Jesucristo vive! ¡Gloria a Dios! El regreso a Vitoria–Gasteiz lo hago en tren (7,85 €) y mientras espero en el andén tomo un refresco Aquarius (1,70 €) ¡Menuda diferencia en el precio! Algunos no “pierden comba” en esto de “hacer el agosto”. Entretanto viene el tren (en cualquier momento es posible aprender cosas nuevas) y escuchando un programa radiofónico titulado El tren de la vida (seguro que no es casualidad) me entero de cómo se despedían los primeros fieles de Jesucristo: Maranatha (El Señor viene).
Shalom. Hasta otra.

Gasto de las vacaciones:

Viaje, estancia y manutención ................................................38,86 €

Del 5 al 8 de abril de 2007       Vitoria-Gasteiz-Burgos-Vitoria-Gasteiz

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